Hace más de 4 años que nos mirábamos, pero nos ignorábamos, fue quizá por que no era el momento, yo tenía una relación más dinámica, más demandante, más intensa, sin embargo en ese lapso de 4 años si tuve 3 encuentros con la que hoy ahora comienzo a sentirme entregado:
Yoga
He hecho Crossfit por mucho tiempo, lo he amado, y me he entregado al 100%, ese ha sido mi receso del día en una vida adulta.
En el lapso de los últimos 4 años, un amigo -colombiano por cierto- me invitó a su casa a hacer yoga, él en ese tiempo era maestro de yoga en un pequeño pueblo pegado al mar en las costas de Quintana Roo.
Tomé 3 clases con él, y desde la primera, quedé enamorado, sabía que quería intentarlo pero estaba concentrado en un ejercicio de más alto impacto, supongo que la edad también juega un factor importante, al menos eso pienso.
Hoy con el contexto que hemos estado viviendo, el encierro y aislamiento principalmente, nuestro reto más importante, toca reconfigurarse a si mismo, probar nuevos campos, aprender nuevas cosas, y también conocerse a si mismo.
El primero de agosto de este año, comencé a hacer yoga por mi cuenta en casa, hoy es mi tercer domingo practicando todos los días, increiblemente he visto resultados no solo físicos, también emocionales, de comportamiento y hasta una evolución en la reconciliación conmigo mismo.
¡Este era el momento y tenía que ser así!
Pasé por muchos aprendizajes estos últimos 6 meses, muchos de ellos difíciles, pero hoy casi conciliados.
- La pandemia me tomó justo cuando recién había llenado mi casa con plantas, dentro y fuera, y desde el primer día se convirtieron un escape para el estrés diario.
- Las primeras semanas de encierro tuve que aprender a organizar las compras de casa por internet. Fue un descubrimiento asombroso. Estoy familiarizado con internet y las compras, trabajo en la industria, pero jamás había tenido necesidad de tener que hacer todo por internet sin salir de casa. Eso ahorra mucho tiempo, dinero y distracción.
- Comencé con un hábito laboral que me permitiera estar cómodo en casa con horarios activos de trabajo, y horarios para disfrute personal. Ese hábito ya lo tenía, pero lo pulí.
- Seguí estudiando los lenguajes que había comenzado a aprender en 2019, Java, ReactJS, fortalecer Python, un poco de algoritmos.
- Luego comencé el proceso de reconciliación, jajaja, interesante, me alegro que finalmente pueda salirme de mi y observar desde fuera, ahora las cosas van más rápido pero con consciencia, es un camino dificil pero necesario (que mal que lo haya pasado sin yoga).
- En algún momento previo a salir de ese proceso de reconciliación, recordé que tenía una cámara que había comprado en un viaje y que solo la había utilizado 3 veces, increíble, estaba nueva nueva, y me dispuse a aprender a utilizarla, me encanta tomar fotografías, pero eso de la obturación, la apertura, el ISO, el cuadro, la visión de campo, bla, bla bla, me hacían sentir un tonto y me negaba a aprender, ponía automático y listo. Pues bien, aprendí todos esos conceptos que temia, me tomó unos días de lectura y prueba intensa. Comecé a utilizarla en el día para fotografía de plantas, luego fotografía de animales al rededor de casa, reptiles, hormigas y aves, luego fotografía nocturna, en especial la luna.
- Durante todo ese proceso de encierro, no dejé de hacer ejercicio todos los días, fortalecí esos atributos en mi que me encantan: perseverancia, constancia, disciplina, fortaleza, hábitos.
- Comencé a aprender a cocinar más cosas, usar el horno y comer más saludable.
- Y ahora, pero no finalmente, llegó la práctica de yoga que con suerte convertiré en hábito, como si fuera la culminaión o como si fuera el ingrediente que faltaba para mi resiliencia, tomé la clase con tanta intensidad desde el primer día, con tanta necesidad que fue como si siempre hibiese practicado, estaba listo para absorverla como parte de mi vida. Respiración, relajación, consciencia, voluntad y paciencia, parte de mi reconfiguración.
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